El running es una práctica popular con innumerables beneficios para la salud, pero también conlleva la posibilidad de enfrentar dolores y lesiones que pueden afectar significativamente la experiencia del corredor.
Aunque algunas molestias son comunes y no necesariamente indican un problema serio, es fundamental entender cuándo estos dolores podrían ser señales de lesiones que requieren atención.
En este artículo, exploraremos este tema más a fondo para que puedas tomar decisiones informadas sobre tu salud y rendimiento como corredor.
La realidad de las lesiones en corredores
En el mundo del running las lesiones son lamentablemente comunes. Según algunas estimaciones, hasta el 90% de los corredores experimentan alguna lesión que afecta su tiempo de entrenamiento cada año. Este dato debería alarmarnos sobre la necesidad de abordar las molestias y dolores, utilizando estrategias para disminuir el riesgo de sufrir una lesión y sus consecuencias.
Distinguiendo entre molestias comunes y lesiones relevantes
Aproximadamente entre el 20-27% de los corredores experimentan dolores leves, durante o después de correr. Aunque estos dolores no deben ignorarse, es esencial diferenciar entre molestias comunes y señales de lesiones más graves.
La clave radica en analizar cómo estos dolores impactan en tu rendimiento y en qué medida afectan tu capacidad para alcanzar tus objetivos de entrenamiento.
4 preguntas cruciales para corredores con molestias persistentes
Una de las preguntas frecuentes que el corredor realiza en nuestras consultas de Medicina del Deporte o de Fisioterapia es por qué sienten dolor al correr y cuándo deben parar.
Si sufres molestias o dolores frecuentes cuando sales a correr, te ofrecemos cuatro preguntas relevantes que pueden orientarte en la toma de decisiones respecto a su importancia:
1. ¿El dolor interfiere con tu rendimiento?
Si el dolor limita tu capacidad para alcanzar tus metas de entrenamiento, podría ser una señal de una lesión más seria. Ignorar este tipo de molestias podría resultar en una prolongación innecesaria del tiempo de recuperación.
2. ¿Estás compensando o modificando tu técnica de carrera?
Observar si has cambiado tu forma de correr para compensar el dolor es esencial. Modificar tu paso o zancada puede ser una estrategia inconsciente para aliviar el dolor, pero también podría ser causa de nuevas lesiones e indicativo de una lesión que necesita atención.
3. ¿El dolor aumenta progresivamente durante el entrenamiento?
Un dolor que no disminuye durante la carrera o que aumenta a medida que corres podría ser una señal de una lesión subyacente. La persistencia del dolor debería ser motivo de preocupación y una llamada a la acción.
4. ¿Persiste el dolor en actividades cotidianas y de la vida diaria?
El dolor no debería limitarse al running; si persiste incluso al caminar o realizar actividades de la vida diaria, es una señal clara de que necesitas atención médica.
La Importancia de escuchar a tu cuerpo y buscar ayuda profesional
Es crucial entender que las molestias no deben ser ignoradas ni minimizadas. Escuchar las señales de tu cuerpo es clave para mantener una práctica de running saludable a largo plazo. Esperar que las molestias o el dolor desaparezcan por sí mismos no son estrategias efectivas.
Si enfrentas molestias recurrentes, buscar la opinión de profesionales de la salud y el entrenamiento es la mejor opción. La Medicina del Deporte y la Fisioterapia son herramientas valiosas para identificar y abordar lesiones antes de que se conviertan en problemas más serios.
Conclusión: priorizar la salud para continuar corriendo
En resumen, el dolor y las molestias no deben considerarse como parte inevitable del running.
Si bien ciertas incomodidades pueden ser normales, persistir en una práctica que cause dolor continuo puede resultar en lesiones graves y en una disminución significativa del rendimiento.
Tomar decisiones informadas sobre tu salud como corredor es esencial para disfrutar de esta actividad a lo largo del tiempo. No ignores las señales de tu cuerpo.
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CARMASALUD | Centro Clínico e Investigador
Autor del artículo: Juanan Hernández, Fisioterapeuta y preparador físico (CCAFYD)
