El linfedema es una condición que puede afectar significativamente la calidad de vida, pero con el tratamiento adecuado y la prevención oportuna, es posible mantener su impacto bajo control. En este artículo, exploraremos qué es el sistema linfático, cómo se relaciona con el linfedema, sus síntomas principales y cómo la fisioterapia puede ser una gran aliada en su manejo.
¿Qué es el sistema linfático? ¿Y el linfedema?
El sistema linfático es un conjunto de órganos y estructuras encargados de generar glóbulos blancos, esenciales para el sistema inmunitario. Estos se transportan por todo el cuerpo a través de los vasos linfáticos, trabajando en conjunto con el sistema venoso para realizar una depuración del organismo. Los ganglios linfáticos, que se forman cuando estos vasos se ensanchan o confluyen, son una estructura clave en este sistema.
En el interior de los vasos y ganglios linfáticos se encuentra la linfa, un líquido blanquecino que transporta los glóbulos blancos. Durante una cirugía oncológica, los ganglios linfáticos suelen verse afectados, lo que puede alterar el funcionamiento del sistema linfático.
El linfedema aparece cuando la linfa se acumula en una parte del cuerpo debido a una alteración en su drenaje, ya sea por daño estructural, cirugía o extirpación de ganglios linfáticos. La probabilidad de desarrollar un linfedema depende del nivel de daño y de la capacidad del sistema linfático para adaptarse. La localización del linfedema estará determinada por los grupos de ganglios afectados.
Síntomas principales del linfedema
Identificar los síntomas tempranamente es clave para minimizar sus efectos:
- Pesadez o cansancio: Puede aparecer incluso antes de notar un aumento de volumen o dolor.
- Hinchazón o aumento de volumen: Puede manifestarse como una disminución de las arrugas en articulaciones (nudillos, tobillos) en comparación con el otro lado del cuerpo.
- Dificultad para mover la zona afectada: La acumulación de linfa genera una sensación de rigidez.
- Cambios en la piel: La piel puede estirarse, enrojecerse, volverse brillante o perder su elasticidad natural.
- Dolor y otras molestias: Aparecen en etapas avanzadas y pueden empeorar la calidad de vida.
Es fundamental actuar preventivamente para reducir el impacto de estos síntomas. La fisioterapia tiene un rol fundamental tanto en la prevención como en el tratamiento de estos síntomas, promoviendo una mejor calidad de vida para el paciente.
Tiempo de aparición del linfedema y medidas de prevención
No hay evidencia concluyente sobre el tiempo exacto en el que puede aparecer el linfedema tras la afectación del sistema linfático. Puede manifestarse en fases tempranas o incluso meses o años después.
Por ello, la prevención es esencial y debe incluir las siguientes medidas:
1. Cuidado de la piel
- Mantén la piel hidratada y protegida para evitar heridas o infecciones.
- Usa guantes al realizar tareas domésticas, evita temperaturas extremas y no tomes la tensión arterial en el brazo afectado.
- No utilices cera o cuchilla para depilar el brazo afectado y evita ropa ajustada o joyas apretadas.
2. Identificación de complicaciones
- Si aparecen signos como enrojecimiento, edema o endurecimiento de la piel, consulta de inmediato a un médico para descartar infecciones y recibir tratamiento adecuado, como antibióticos si fuera necesario.
3. Cuidados en la alimentación
- Mantén un peso saludable, ya que el sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de desarrollar linfedema. Adopta una dieta equilibrada y ajustada a tus necesidades energéticas.
Recuerda: Ante cualquier cambio en la zona afectada (aumento de volumen, dolor o cambio de coloración), consulta a un médico o acude a urgencias para descartar complicaciones graves como infecciones o trombosis.
Tratamiento del linfedema desde la fisioterapia
El tratamiento se divide en dos fases:
1. Fase de ataque
Se realiza durante varias semanas consecutivas, siguiendo la recomendación de al menos 15 sesiones distribuidas en 3 semanas (de lunes a viernes). Esta fase incluye:
- Drenaje linfático manual: Masajes suaves específicos que estimulan el movimiento de la linfa hacia los ganglios linfáticos.
- Compresión: Tras el drenaje, se aplica un vendaje de doble capa que ayuda a mantener la reducción de volumen lograda y facilita el drenaje continuo durante el resto del día.
2. Fase de mantenimiento
Se recomienda el uso de una media de compresión diaria, especialmente al realizar ejercicio. Esta media deberá ajustarse si el volumen del linfedema cambia con el tiempo.
Ejercicio terapéutico como prevención y tratamiento
El ejercicio terapéutico es un pilar clave en ambas fases del tratamiento y en la prevención. Aunque tradicionalmente se desaconsejaba cargar más de 2 kg para evitar el linfedema, hoy sabemos que lo importante es adaptar la carga al nivel de fuerza y resistencia del cuerpo.
Realizar ejercicios específicos que fortalezcan el sistema musculoesquelético y eviten la inmovilización es crucial para:
- Reducir el riesgo de lesiones.
- Prevenir la acumulación de linfa.
- Mejorar la calidad de vida y la funcionalidad del brazo afectado.
Conclusión
El linfedema requiere un enfoque individualizado que combine prevención, tratamiento de fisioterapia y educación del paciente.
En nuestra clínica, ofrecemos tratamientos adaptados a las necesidades de cada persona.
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CARMASALUD | Centro Clínico e Investigador
Autora: Estela Torralba de Lago. Fisioterapeuta especializada en Procesos de Salud de la Mujer.