La fascitis plantar es la causa más común de dolor de talón en adultos. Se trata de una lesión por sobrecarga que afecta a la fascia plantar, un ligamento grueso que recorre la planta del pie y conecta el talón con los dedos.
Cuando esta fascia se inflama o se estira en exceso, aparece un dolor punzante en el talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o tras un descanso prolongado. Este dolor puede dificultar actividades tan sencillas como caminar o permanecer de pie, afectando seriamente a la calidad de vida si no se trata a tiempo.
La buena noticia es que la podología dispone de tratamientos eficaces y personalizados para aliviar el dolor y corregir las causas de la fascitis plantar.
En este artículo encontrarás:
- Qué es la fascitis plantar y cómo se produce.
- Factores de riesgo y síntomas más comunes.
- El abordaje desde la podología: estudio de la pisada, plantillas ortopédicas y otras técnicas.
- Consejos sobre calzado y autocuidados en casa.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es una inflamación o degeneración de la fascia plantar, un tejido que soporta el arco del pie y absorbe el impacto al caminar. Cuando se sobrecarga de forma repetida, pueden producirse microrroturas que generan inflamación y dolor en el talón o en la planta del pie.
Este dolor suele ser:
- Más intenso al levantarse por la mañana.
- Molesto tras largos periodos de pie o caminando.
- Localizado en la base del talón, con posible irradiación hacia el arco.
En casos crónicos, la tracción mantenida puede provocar la aparición de un espolón calcáneo, aunque este no siempre es responsable directo del dolor.
Causas y factores de riesgo
La fascitis plantar aparece habitualmente por una combinación de sobrecarga y predisposición biomecánica. Entre los factores más comunes destacan:
- Calzado inadecuado: zapatos sin amortiguación ni soporte del arco, chanclas planas o tacones altos.
- Sobrecarga física: correr, saltar o estar de pie en exceso sobre superficies duras.
- Incremento brusco de ejercicio o peso corporal: aumento rápido de la actividad física, obesidad o embarazo.
- Falta de flexibilidad muscular: gemelos y tendón de Aquiles acortados que aumentan la tensión sobre el talón.
- Alteraciones de la pisada o anatomía del pie: pies planos, pies cavos o exceso de pronación.
- Edad (40-60 años) y antecedentes de lesiones que modifican la forma de pisar.
Reconocer estos factores es fundamental para que el podólogo pueda proponer el tratamiento más adecuado y prevenir recaídas.
Síntomas de la fascitis plantar
Los signos más frecuentes son:
- Dolor punzante en el talón tras el descanso nocturno.
- Rigidez en la planta del pie, sobre todo al levantarse.
- Mejoría parcial con actividad suave, aunque el dolor regresa al final del día.
- Molestias que empeoran con ejercicio intenso, escaleras o ponerse de puntillas.
Un podólogo puede confirmar el diagnóstico mediante una exploración clínica, valoración de la pisada y, si es necesario, pruebas de imagen como ecografía o radiografía.
Tratamiento podológico de la fascitis plantar
El tratamiento tiene dos objetivos principales:
- Aliviar el dolor y la inflamación.
- Corregir la causa biomecánica para evitar recaídas.
Las medidas iniciales incluyen reposo relativo, aplicación de frío y modificación de actividades. A continuación, el podólogo diseña un plan personalizado que puede incluir:
Estudio biomecánico de la pisada
El estudio de la pisada analiza cómo caminas o corres, evaluando la alineación del pie, el reparto de cargas y los posibles desequilibrios. Se realiza mediante exploración clínica, plataformas de presión y análisis en vídeo.
Gracias a esta información, el podólogo puede detectar si la fascitis se debe a una pronación excesiva, un arco caído o una alteración estructural, y plantear soluciones específicas.
Plantillas ortopédicas
Plantillas personalizadas
Hechas a medida tras un estudio completo, las órtesis plantares personalizadas ofrecen soporte al arco, corrigen la pisada y descargan la fascia.
- Ventajas: máxima eficacia y durabilidad.
- Consideración: mayor coste y tiempo de fabricación.
Plantillas prefabricadas
Disponibles en farmacias o tiendas especializadas, pueden ser útiles en casos leves.
- Ventajas: económicas e inmediatas.
- Limitaciones: no corrigen con precisión alteraciones complejas.
Vendajes funcionales (taping)
Los vendajes rígidos o kinesiotape descargan temporalmente la fascia y proporcionan alivio inmediato en fases agudas. Son útiles mientras se diseñan las plantillas o para reducir el dolor en la vida diaria.
Almohadillas de descarga (taloneras)
Colocadas en el calzado, amortiguan el impacto en el talón y disminuyen el dolor, especialmente en pacientes con espolón calcáneo o atrofia de la almohadilla grasa.
Férulas nocturnas
Mantienen el pie en posición de estiramiento durante la noche, evitando que la fascia se acorte. Son eficaces para reducir la rigidez matutina.
Otros tratamientos complementarios
- Ejercicios terapéuticos: estiramientos y fortalecimiento guiados por podólogo o fisioterapeuta.
- Ondas de choque: recomendadas en fascitis crónicas resistentes.
- Infiltraciones médicas: opción temporal en casos graves.
- Cirugía: último recurso en pacientes que no mejoran tras 6-12 meses de tratamiento conservador.
Calzado adecuado para fascitis plantar
El zapato es una pieza clave en la recuperación. Recomendaciones:
- Buena amortiguación en el talón.
- Soporte del arco plantar o compatibilidad con plantillas.
- Suela estable y semirrígida.
- Contrafuerte firme en el talón.
- Punta amplia y cómoda.
- Tacón bajo (1-2 cm) mejor que totalmente plano.
- Evitar caminar descalzo en superficies duras.
Ejercicios y cuidados en casa
Además del tratamiento podológico, puedes acelerar la recuperación con:
- Estiramientos diarios de fascia y gemelos.
- Ejercicios de fortalecimiento del pie (recoger toalla con los dedos, equilibrio en un pie).
- Masajes y automasaje con frío con pelota o botella congelada.
- Aplicar hielo local tras actividad intensa.
- Descanso relativo y actividades de bajo impacto como nadar o bicicleta.
- Control de peso para reducir la presión sobre el talón.
Conclusiones
La fascitis plantar es una lesión frecuente pero tratable. Con un abordaje adecuado desde la podología —que incluya el estudio de la pisada, plantillas ortopédicas, calzado apropiado y cuidados complementarios— la mayoría de los pacientes en Madrid logran recuperarse sin necesidad de cirugía.
¿Tienes dolor de talón que no mejora? No lo ignores. Consulta con un podólogo en Madrid para identificar la causa y recibir un tratamiento personalizado que te permita volver a caminar sin dolor.
CARMASALUD | Centro Clínico e Investigador